Consejos Saludables
La hidratación es uno de los pilares más subestimados del bienestar.
El agua participa en casi todas las funciones vitales del cuerpo: regula la temperatura, favorece la concentración, mejora el rendimiento físico y previene múltiples afecciones.
En contextos laborales, una correcta hidratación impacta directamente en la productividad, la energía diaria y la capacidad de atención. La deshidratación, aunque sea leve, puede generar fatiga, dolores de cabeza, bajo rendimiento e incluso aumentar el riesgo de accidentes.
Beber agua de forma regular ayuda a prevenir trastornos digestivos, infecciones urinarias, calambres musculares y problemas de presión. Además, favorece la eliminación de toxinas y contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico.
Tené siempre una botella de agua cerca.
Tomá pequeños sorbos durante todo el día.
No esperes a tener sed: la sed ya es un signo de deshidratación.
Aumentá el consumo en días de calor o actividad física.
Sumá frutas y verduras con alto contenido de agua.
La prevención comienza con hábitos simples y sostenidos en el tiempo. Elegir hidratarse es una decisión diaria que impacta en la salud, el bienestar y la calidad de vida.
Invertir en hidratación es invertir en rendimiento, prevención y salud a largo plazo.
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