Llevar una alimentación sana y equilibrada, una correcta hidratación, hacer ejercicio físico regularmente y descansar bien son los hábitos más importantes para estar saludables y fortalecer nuestro sistema inmune.
Mantener las defensas altas es fundamental para que el cuerpo se pueda «defender» de cualquier microorganismo que pueda atacarlo y enfermarlo.
Así, el cuerpo se mantiene saludable, se disminuye el riesgo de contraer algunas patologías y tiene más posibilidades de afrontar una enfermedad de manera efectiva.
Es necesario destacar que llevar una vida con hábitos saludables no reemplaza el tratamiento médico que requiere cualquier tipo de enfermedad o virus.
Para mantener las defensas altas, es recomendable seguir una dieta saludable, variada y balanceada. Se sugiere una alimentación basada en el modelo mediterráneo donde predominen principalmente las verduras, las hortalizas y las frutas.
Un consumo de cinco porciones de frutas, verduras y hortalizas diarias es fundamental para cualquier tipo de alimentación e indispensable para proteger nuestro sistema inmune.
Las frutas con alto contenido de vitamina C son muy beneficiosas para las defensas. Los alimentos que contienen este nutriente son los cítricos: naranja, pomelo, mandarina, frutillas, kiwi, entre los más importantes.
Los cereales integrales aportan gran cantidad de fibra y al igual que las harinas y arroces integrales, son esenciales en una dieta saludable.
La carne y el pescado deben consumirse de manera limitada, una vez por semana.
Es preferible el consumo de carne blanca y no roja por su mayor contribución al sistema inmunitario y al funcionamiento del organismo en general.
Se recomienda su consumo entre 2 y 3 veces a la semana. En una dieta balanceada pueden ingerirse todo tipo de legumbres.
Es indispensable tomar al menos 2 litros de agua por día y evitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas/carbonatadas cuando tenemos sed. En el caso de los niños y adultos mayores es esencial asegurar una buena hidratación.
Es recomendable siempre consultar con un nutricionista que pueda desarrollar un plan de alimentación saludable de acuerdo con las necesidades de cada organismo, ya sea por la edad, necesidades nutricionales o patologías preexistentes.
Es necesario realizar unos 30 minutos de actividad física al día como así también desarrollar hábitos que impliquen movimiento:
Quienes prefieran y deseen, pueden realizar actividades físicas y deportes de mayor intensidad/fuerza. En este caso, es recomendable siempre consultar con un especialista qué tipo de actividad es recomendable según el estado general de salud de la persona.
El sueño es una necesidad biológica que permite restablecer y reparar las funciones físicas y psicológicas esenciales para la vida. Dormir bien es esencial para la salud y para fortalecer nuestro sistema inmunitario.
Si bien se recomiendan 7 a 8 h de descanso diario, es imprescindible que el sueño sea reparador y en condiciones óptimas de oscuridad, sin ruido y en habitaciones sin presencia de elementos tecnológicos estimulantes como celulares, tablets o computadoras.
Además de llevar una vida saludable para fortalecer nuestro sistema inmunitario, es indispensable cumplir con los hábitos básicos de higiene para protegernos de cualquier virus, bacteria o microorganismo que pueda ocasionar patologías. Estos hábitos básicos son:
Todos podemos implementar estos hábitos saludables que implican pequeñas acciones diarias de autocuidado para nuestro bienestar integral.
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